Estructuralismo. Corriente
de pensamiento que, en oposición a los saberes histórico-humanísticos, se desarrolló
en Francia, a mediados del siglo XX, en el ámbito filosófico, científico y
crítico-literario, alcanzando además especial protagonismo en la antropología,
el psicoanálisis y el marxismo.
Pese a las diferencias entre sus más destacados
defensores, en general el estructuralismo se opone a todas las corrientes
filosóficas: al historicismo, al humanismo, al esencialismo, a la
fenomenología, al existencialismo, etc., al considerar la realidad, incluida,
por supuesto, la realidad humana, como el resultado de un conjunto de
relaciones sistemáticas y constantes (o estructuras) perdiendo así toda
sustantividad (que, de una u otra forma, como sujeto u objeto, o como
totalidad, le atribuyen las filosofías anteriores). La realidad no es más que
el resultado causal de la interacción de tales estructuras que, como tales, la
constituyen y determinan.
Entre los representantes más destacados del
estructuralismo podemos citar a Lévi-Strauss, (antropología), J. Lacan
(psicoanálisis), L. Althusser (marxismo), M. Foucault (filosofía), R. Barthes
(crítica literaria), R. Jakobson y E. Benveniste (lingüística).
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