Noúmeno.
(Del
gr. νοούμενον, cosa pensada).
1.
m. Fil. En la filosofía de
Immanuel Kant, aquello que es objeto del conocimiento racional puro en
oposición al fenómeno, objeto del conocimiento sensible.
2. m. Fil. cosa en sí.
Noúmeno. También
escrito noúmenon, es un término procedente del griego "noumena", que
significa etimológicamente "lo pensado", "lo inteligible".
Para Kant, el noúmeno es el objeto tal como es "en sí" mismo, independientemente de nuestro modo de conocerlo, al que denomina "la cosaen sí". Kant lo opone al fenómeno, al objeto tal como es para nosotros, es decir, tal como lo conocemos en función de las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento.
Para Kant, el noúmeno es el objeto tal como es "en sí" mismo, independientemente de nuestro modo de conocerlo, al que denomina "la cosaen sí". Kant lo opone al fenómeno, al objeto tal como es para nosotros, es decir, tal como lo conocemos en función de las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento.
Noúmeno.
El noúmeno (del griego "νοούμενoν" "noúmenon": "lo pensado"
o "lo que se pretende decir"), en la filosofía de Immanuel Kant, es un término problemático que se
introduce para referir a un objeto no fenoménico, es decir, que no pertenece a una intuición sensible, sino a una intuición intelectual o suprasensible.
Por otra parte, el término también ha
sido usado para hablar de la cosa-en-sí,
es decir, la cosa en su existencia pura independientemente de cualquier representación.
En la filosofía de Platón representa
una especie inteligible o idea que indica todo aquello que no puede ser
percibido en el mundo tangible y a la cual sólo se puede arribar mediante el
razonamiento. El noúmeno como concepto fundamenta la idea de la metafísica en
Platón.
La cosa en sí misma, fuera de su
relación con nuestro modo de intuirla o percibirla; no es objeto de nuestros
sentidos, ni por lo tanto de nuestro conocimiento. Para Kant no cabe un
conocimiento de la realidad nouménica pero es posible acceder a dicha realidad
mediante la experiencia moral; por ejemplo, aunque sólo podemos conocernos a
nosotros mismos como seres sometidos a la causalidad dominante en el ámbito de
los fenómenos –es decir como no libres–, tenemos que pensarnos también como
libres si queremos aceptar la posibilidad de una conducta sometida a
imperativos categóricos, –es decir una conducta moral–.
Noúmeno y ontología tradicional
En tanto para la ontología tradicional, y de modo muy especial en Platón con su mundo de las ideas —según su doctrina llevada a
la alegoría del mito
de la caverna—, son las
ideas o los noúmenos exactamente lo accesible a la razón; lo que tiene una
estructura racional y lógica, en Kant, paradójicamente, lo
"inteligible" resultará lo "ininteligible". O tal vez, en
lenguaje más apropiado, lo transinteligible.
La contraposición entre lo meramente
sensible, y lo inteligible, mientras aquello que se halla dentro de la
experiencia posible, y lo que se encuentra fuera de ella. O en otras palabras,
entre el mundo fenoménico accesible y las cosas en sí, inaccesibles.
Los noúmenos son posibles,
ciertamente, para una intuición, dirá Kant, pero no para una de
carácter sensible. Una intuición metafísica o intelectiva, de la que el hombre
está desprovisto.
Idealismo alemán
En otra posición se hallará la
filosofía del idealismo romántico alemán. Para su filosofía, lo Absoluto en sí mismo puede penetrar la conciencia, o incluso, es la propia conciencia.
En Kant se
considera "noúmeno" a la "cosa en sí". Como tal es
incognoscible e inabordable para el hombre. Es aquello que está tras los
muros del conocimiento posible, de la experiencia en que como hombres
dotados de razón, de intuiciones de espacio y tiempo, de categorías, nos movemos inevitablemente. No hay para el filósofo de
Königsberg abordaje del noúmeno en el plano del conocimiento. Porque estamos desprovistos -como
pretendían los dogmáticos racionalistas- de intuición metafísica o no sensible para el mismo.
La crítica que los postkantianos harán
a Kant, para postular la posibilidad del acceso a lo Absoluto -
fundamentalmente Hegel -, dentro de la corriente del idealismo alemán, es que sí es posible el conocimiento
de lo absoluto o noumenal en razón de que todo hablar sobre ello, sobre el
"noúmeno", implica que ya estamos en "contacto", de algún
modo, con el mismo. Es contradictorio, de este modo -entonces-,
"hablar" de noúmeno, porque solamente se puede hablar sobre lo que en
alguna forma "conocemos", inferencial o intuitivamente.
Los filósofos del idealismo alemán
desconocerán enteramente esta limitación kantiana. En el hombre hay intuición
de lo "absoluto", e instalándose en él será como elaboren sus
filosofías.
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