Ex nihilo nihil fit. Nada surge de la nada, o de la nada, nada proviene,
son expresiones con las que se indica un principio metafísico según el cual
ningún ente puede empezar a existir a partir de la nada. La idea también se
expresa mediante la locución latina ex nihilo nihil fit. Se suele
atribuir al filósofo griego Parménides.
El principio suele plantearse en
relación al origen del universo. Dado que el universo existe, entonces o bien
existió siempre, o bien tuvo un comienzo. Si tuvo un comienzo, entonces
significa que surgió de la nada, porque el universo es por definición todo lo
que existe. Pero esto contradice el principio de que nada surge de la nada.
Luego, si el principio es cierto, el universo existió siempre. Siguiendo este
tipo de razonamientos, muchas religiones han postulado que el universo no
surgió de la nada, sino de un Dios creador, y que ese Dios existió siempre.
En la filosofía griega, un principio
relacionado era aquel según el cual un ente no puede desaparecer en la nada,
sino sólo transformarse.
El principio puede pensarse como un
antecedente de la ley de conservación de la masa y la ley de conservación de la
energía.
El principio también está muy ligado a
la pregunta filosófica que Martin Heidegger y Gottfried Leibniz, entre otros,
destacaron: ¿por qué hay ente, y no más bien nada?
En la Crítica de la razón pura,
Immanuel Kant argumentó que no es posible determinar si el mundo tiene o no un
comienzo en el tiempo.
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