Contradictio in terminis. El oxímoron. (Del griego ὀξύμωρον,
oxymoron, en latín contradictio in terminis), dentro de las figuras
literarias en retórica, es una figura lógica que consiste en usar dos conceptos
de significado opuesto en una sola expresión, que genera un tercer concepto.
Dado que el sentido literal de oxímoron es opuesto, ‘absurdo’ (por
ejemplo, «un instante eterno»), se fuerza al lector o al interlocutor a
comprender el sentido metafórico (en este caso: un instante que, por la
intensidad de lo vivido durante su transcurso, hace perder la noción del
tiempo).
El recurso a esta figura retórica es
muy frecuente en poesía mística y amorosa, por considerarse que la experiencia
de Dios o del amor trasciende todas las antinomias mundanas. El filósofo griego
Heráclito recurre a ella con frecuencia.
El término oxímoron es una palabra compuesta,
un helenismo (neologismo) introducido en el siglo XVIII que une los lexemas
οξύς (oxýs: ‘agudo, punzante’) y μωρός (morós: ‘fofo, romo,
tonto’). Por tanto, él mismo es un oxímoron.
En el Diccionario panhispánico de dudas se
sugiere utilizar los plurales «los oxímoron» o «los oxímoros». No corresponde a
la tradición de la lengua española conservar el plural griego (*oxímora),
común sin embargo en inglés (oxymora).
Algunos lo pluralizan oximorones, que así se
incorporaría a las excepciones de acentuación de esdrújulas plurales especímenes
y regímenes. Aunque con el inconveniente de aportar complejidad, quizá
esta vacilación y tal rareza estilística en el uso del plural se puedan atenuar
mediante la expresión «casos de oxímoron».
Ejemplos
- «Festina lente», ‘apresúrate lentamente’ (César Augusto, 63 a. C. – 14 d. C.)
- [El amor es] «vista ciega, luz oscura, / gloria triste, vida muerta» (Rodrigo Cota de Maguaque, f. 1498)
- [El amor es] «hielo abrasador, es fuego helado, / es herida que duele y no se siente...» (Francisco de Quevedo, 1580-1645).
- «Placeres espantosos y dulzuras horrendas» (Charles Baudelaire, 1821-1867).
- «Beatriz era alta, frágil, muy ligeramente inclinada; había en su andar (si el oxímoron es tolerable) una como graciosa torpeza, un principio de éxtasis» (Jorge Luis Borges, 1899-1986: El aleph).
- «En la figura que se llama oxímoron, se aplica a una palabra un epíteto que parece contradecirla; así los gnósticos hablaron de una luz oscura; los alquimistas, de un sol negro» (Jorge Luis Borges: El zahir).
- «Mis libros están llenos de vacíos» (Augusto Monterroso, 1921-2003).
Figura opuesta
Lo contrario del oxímoron es el pleonasmo («la vi con
mis propios ojos»).
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