Semiótica. Del griego
"semeiotiké", término que deriva, a su vez, de "seméion"
(signo). El término semiótica (usado originalmente en el mundo anglosajón) o
semiología (más usado en el mundo francófono) se aplica al estudio de la
naturaleza de los signos: su origen, significado, formas de transmisión,
relación entre ellos, etc.
Ya desde la antigüedad el estudio de los signos
(especialmente de los lingüísticos) despertó la curiosidad y el interés tanto de
los sofistas, como de Platón y Aristóteles, así como de las escuelas estoica y
la epicúrea, interés que se continúa observando en los lógicos gramáticos
medievales.
En la época moderna, el impulso dado por Locke al
estudio del lenguaje hará que la semiótica se desarrolle considerablemente en
la filosofía moderna, desarrollo que recibirá un fuerte impulso en la época
contemporánea con las aportaciones de C. S. Peirce y F. de Saussure, a quienes
se suele considerar los padres de la semiótica contemporánea, que llegará a
ocupar un lugar central en las reflexiones filosóficas.
Es habitual dividir la semiótica en tres partes: la
sintaxis (el estudio de las relaciones de los signos entre sí) la semántica (el
estudio de las relaciones de los signos con el objeto significado) y la
pragmática (el estudio de las relaciones de los signos con los sujetos que los
utilizan).
Dada la universalidad del empleo de signos, las
investigaciones semióticas abarcan todo tipo de fenómenos: cine, teatro,
arquitectura, música, literatura, arte, y el estudio de la cultura en general.
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