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jueves, 3 de septiembre de 2015

Acción racional



Acción racional. En filosofía en general, y especialmente en antropología filosófica, se llama acción racional a aquella acción en la que el agente sopesa consistentemente los medios de los que dispone para alcanzar los fines que se ha propuesto, de modo que pueda lograrlos de la mejor manera posible. La investigación metódica de la acción racional ocupa un lugar destacado en la teoría de juegos y en la investigación de la inteligencia artificial.
En sentido estricto, sólo las acciones conscientes y voluntarias (intencionales) pueden ser acciones racionales; en ellas se da un proceso psíquico inobservable de deliberación y decisión.
De acuerdo con la mayoría de las corrientes filosóficas, la acción racional no se explica por causalidad mecánica, sino, por el contrario, por la aplicación de razones. Las razones de las acciones son, por una parte, sus motivos (los fines perseguidos) y, por otra, las creencias acerca de los medios disponibles. Para que una acción pueda considerarse verdaderamente racional, debe estar basada en buenas razones, es decir, en razones fundadas racionalmente. La literatura enumera los siguientes requisitos para considerar racional la acción:
  • No ha de ser arbitraria, es decir, ha de estar orientada hacia algún fin.
  • Los fines determinados han de ser lógica y pragmáticamente coherentes.
  • De haber fines a plazos temporales y niveles lógicos distintos, el conjunto de fines debe estar articulado.
  • Los fines de la acción han de ser fines adecuados, es decir, ofrecer beneficios reales al agente.
  • Los medios disponibles y su utilización eficaz deben conocerse adecuada, si no exhaustivamente.
  • Los cambios en los recursos y en la situación, tanto materiales como intelectuales, deben reflejarse en la acción.

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