Caos.- El caos (palabra que deriva del idioma griego,
Χάος) habitualmente se refiere a lo impredecible. Caos deriva de la raíz
ghn o ghen del lenguaje protoindoeuropeo ("hueco",
"muy abierto"). Debido a variaciones lingüísticas, el significado de
la palabra se desplazó a desorden.
Causa y consecuencia
El caos es la complejidad de la supuesta causalidad en
la relación entre fenómenos (eventualidad) sin que se observe una traza lineal
que relacione la causa con el efecto, sino más bien un complejo cálculo, que
consta de:
·
Una delimitación isolineal entre distintos sistemas.
·
Un área, como resultado del punto anterior, en la cual
se expresan las propiedades.
·
Un cálculo integral que define el potencial de trabajo
de la propiedad bajo observación.
·
Un cálculo diferencial que define la barrera de
potencial o resistencia que el medio ofrece.
·
Un cálculo de transformación entre los distintos
sistemas de referencia, que define las nuevas referencias para definir la
integral en un nuevo eje referencial.
·
De una iteración que sea capaz de predecir
planteamientos hipotéticos, y que permita integrarlo como base del conocimiento
humano.
La incapacidad de someter el área a absolutamente
todas las variables que definen las variaciones, hace imposible conocer con
exactitud los acontecimientos futuros. Ya que es imposible tener en cuenta los
valores absolutos de las variables que pudieran llegar a afectar, obtenemos
como resultado un sistema caótico en el que cualquier fenómeno del universo,
por insignificante que sea, tiene el poder potencial de desencadenar una ola de
acontecimientos que alteren el sistema completo. Un ejemplo habitual es el Efecto
mariposa, que plantea que el aleteo de una mariposa en un rincón del mundo
puede desencadenar un tornado en el otro.
Desde esta perspectiva, la estadística es la única
respuesta posible sobre la cual poder trazar una investigación.
En tal aspecto filosófico y, especialmente, epistemológico
se ha tendido a asociar el caos con la incapacidad del hombre de atender
a todos los hechos de un espacio concreto y en un instante determinado,
teniendo que asumir los conceptos de azar, indeterminado, aleatorio,
incertidumbre... en oposición al orden o a una posible ratio o logos.
En la lucha del hombre ante el medio y la supervivencia del hombre como ser
capaz de dominar el medio, hace que sienta la necesidad de superar la antinomia
binaria descrita. Desde la segunda mitad del siglo XX el azar (equiparable en
términos profanos al caos) y la necesidad (sentimiento natural que empuja a
toda especie animal a buscar en cierto modo el orden) son observados, por
ejemplo por Jacques L. Monod como dos aspectos complementarios biunívocos en la
evolución de lo real, en otras palabras: existen momentos de caos en cuanto son
partes de caos ordenado, o mejor dicho, varios órdenes que son partes
de un inmenso caos. Un sistema caótico es un sistema sin leyes; ni siquiera
la ley de que no hay leyes. Dicho de otra forma, si partimos del axioma de que
las relaciones de los entes que componen un sistema caótico no son necesarias,
esto permitiría obtener una descripción del sistema, con lo que dejaría de ser
caótico; por lo que también tiene que darse en el caos casos donde las relaciones
sean necesarias y exista pues cierto orden relativo entre alguno de los entes
que lo componen, lo que nos impide determinar siquiera esta variable.
Cuando se procede a catalogar un sistema caótico, se
espera poder inferir las propiedades que generan las causas de los efectos
visualizados con base en teorías pasadas que fundamentan dicha inferencia y dan
la base para nuevos conocimientos, teorías y comportamientos del medio.
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